circulan
libremente
por mi cuerpo.
Estoy sola
pero no vacía.
Estoy desnuda
pero no habitada.
Ellos,
aliados de mis manos,
se confabulan
a mi favor.
Soy mujer
pero no pura.
Soy adulta
pero no casta.
Conocen
a la perfecciôn
el camino
que les obligo
a recorrer
y
obedecen
sin reprochar
nada
en absoluto
Son paradas
obligadas
mi boca,
mi cuello,
la parte interna
de mis piernas
y,
sobre todo,
mi vagina,
el cofre que resguarda
mi sexo,
siempre abierto
para ellos,
mis dedos,
perfectos aliados
de mis manos.
Solamente
existe un fallo.
Ellos,
mis dedos,
no saben besar.
¿Entiendes ahora
por qué
te pido que me beses
con pasión
desmesurada?.
Fotografía Susan Merrens
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