Tengo un mágico
poder.
Puedo
adecuarme
a tu forma,
moldarme
a tu estado,
amoldarme
a tu cuerpo
Puedo
estirar o encoger
mis extremidades,
humedecer mis labios,
emblandecer mi boca,
abrir o cerrar la puerta
que conduce a mi sexo.
Puedo
transmutar
mi miedo por valentía,
mis deseos por tus sueños,
mis éxitos por tus desdichas.
Pero,
no puedo desear
a quien no desea,
sonreír a quien no sonríe,
soñar con quien no sueña.
En tú mano está
que vuelvan a mí mis poderes
o
que se disipen,
para siempre,
para siempre,
como vapor de agua,
para no volver.
Fotografía de Hana Al-Sayed
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