tanto,
que quedaría extasiada
contemplando
tu cuerpo
horas y horas,
ansiando recorrerlo
palmo a palmo,
beso a beso,
hasta que mi boca se seque
y
mi sexo, húmedo, desespere.
Me fascina tu belleza,
tanto,
que invocaría al mismísimo diablo
suplicando
tu entrega
a ciegas, con delirio,
sin poner ningún reparo,
con lujuria
y
con lascivia.
Me fascina tu belleza,
tanto,
que al final de tu entrega
adormilado,
te mataría con mis propias manos
para luego,
sacar un molde
de tu hermoso cuerpo
y con él quedarme,
para a ti tirarte
al fuego del infierno
porque sé con seguridad que,
como todo hombre bello,
me cambiarías por otra
tras entregarte mi cuerpo
y
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