de soñar
y pensar
que mis sueños,
algún día,
se harían realidad
me ha llevado
al borde mismo del delirio,
porque,
a día de hoy,
ninguno de mis sueños
se ha cumplido.
Soñé una vida feliz,
un camino de rosas,
un mar cálido,
un amor pleno, intenso, sincero.
Nada de ello se ha cumplido.
Ahora, tengo miedo a quedarme dormida
porque,
ahora,
tengo la maldita manía de soñar
pesadillas,
pesadillas que se cumplen,
sin temor a equivocarme,
siempre.
Fotografía Phillip Schummacher
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