sin reproches, sin críticas ni censuras,
sin comparaciones, sin pautas ni medidas.
Quiéreme menuda y delgada,
con mi cuerpo de niña y mis manos grandes,
con mis pechos pequeños y mi espalda ancha.
Quiéreme sensible e insegura,
apasionada en mis besos y en nuestros encuentros,
intensa en mis abrazos y cuando nos habitamos.
Quiéreme melancólica y vulnerable,
entregada en cuerpo y alma, entregada entera a ti,
excesiva dando amor y excesiva exigiéndolo.
Quiéreme desnuda, exenta de adornos, tal como soy.
Con mi frío constante y mis ganas de dormir,
con mis silencios, mis miedos y mis fantasmas.
Y si no me quieres como soy,
déjame y emprende un nuevo camino.
Sabes que en mí encontrarás amor,
pero si me quieres como soy.
Solo una cosa te pido:
no regreses jamás para cambiarme.
Lo último que deseo a mi lado es
un "pigmalión" que elimine la mujer que sé que soy.
Fotografía de Helmut Newton (1973).
No hay comentarios:
Publicar un comentario