Tengo un cuerpo que me sostiene
pero dentro,
dentro no tengo nada.
Mi corazón y el estómago,
mis pulmones y el alma,
han sido devoradas por el mostruo
que en ocasiones me acompaña.
Me devora lentamente.
Siento como mastica mis vísceras pero
es tan retorcido, tan perverso, tan cruel
que deja mi cabeza intacta.
Me invaden oscuros pensamientos,
penetro en tenebrosos túneles,
siento miedo, mucho miedo y
creo volverme loca.
Los temblores de mis manos
me impiden escribir.
La losa sobre mi pecho
no me deja respirar.
¡Llevo ya tánto tiempo vacía!,
tánto tiempo consumida,
devorada, paralizada por el miedo,
¡y esta maldita cabeza que no me da una tregua!.
Sé que jamás lograré
que ese monstruo me abandone.
Nunca volveré a ser
una mujer habitada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario