una camisa insensata e insensible me comunicó tu infidelidad.
Como no quise creerla me dijo: "huele el cuello y dime si reconoces el olor".
Ante la evidencia, tuve que disculparme.
Seguidamente, hice tus maletas y las dejé en la calle.
Y ahí estás, frente a mí, expectante. Y aquí estoy, frente a ti, atiborrada de experiencias que me impiden avanzar. Debería dejarme llevar, ...
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