No quiero
volver
al redil
de aquellos
que
desean
marcar mi camino,
que es el suyo,
que
no es mío.
No quiero
claudicar
ante
vacías promesas,
planes etéreos,
fantásticos sueños
envueltos
en falsas sonrisas,
adornados
con besos vacíos.
No quiero
responder
a la llamada
de esos
que
me adulan
pero
no me aman,
que
solo ven
en mí
una cosa
y yo
no deseo
ser
cosificada,
porque soy
mujer,
porque soy
persona.
Simplemente, no.
Algo tan sencillo
como
aprender
a contestar sí,
para
seguidamente
gritar
bien alto,
¡No!.
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