Aunque tiemble
y
tenga frío,
ven.
A pesar
de mis miedos
y
de mis fracasos,
por favor,
ven, amor, no huyas.
Y sí, tengo montruos
que me habitan,
que me hablan
a escondidas
y
me dicen que
no soy nada,
pero sé que contigo,
sí, contigo, amor,
soy el inicio de todo,
todo lo que ellos me quitaron
para así,
tenerme sojuzgada.
Hoy he sentido tu mano,
cogiendo la mía y,
por primera vez en mucho tiempo,
he sido capaz de romper
las cadenas que me unían
a ellos,
mis monstruos
aquellos que me habitaban,
aquellos que ahora se han ido.
Fotografía Sylvia Plath
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