camino a oscuras,
a tientas,
tocando entrantes
y salientes
de un cuerpo
que no reconozco,
pero
es el mío,
perdido,
desorientado.
No sé dónde estoy.
Sigo
las huellas
de mis pies
caminando
dos pasos detrás
de ellas.
Mi brazos se adelantan
y
se encuentran
con otros brazos,
desconocidos,
que les arropan.
Mi boca quiere escapar,
tiene miedo.
Un beso la detiene,
un beso efímero,
volátil,
pero firme.
Al final, vislumbro
una luz.
Una mano me guía y
allí estás tú,
el dueño de esos brazos,
ese beso, esa mano.
Tu cuerpo.
desfragmentado,
temía mi presencia pero
el miedo desaparece
al chocar
nuestras sonrisas.
Fotografía de Brandon Kidwell
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