giro sobre mí misma y
ya no está,
al otro lado de mi cama,
de dónde siempre me echaba,
dónde siempre le molestaba.
El guardián de mis pensamientos,
el centinela de mis sentimientos,
el ladrón de mis sueños
se ha ido para siempre.
Y ahí estás, frente a mí, expectante. Y aquí estoy, frente a ti, atiborrada de experiencias que me impiden avanzar. Debería dejarme llevar, ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario