Era mujer serena
con una cabeza y dos ojos,
una boca y dos pechos,
un corazón y dos piernas.
Un día le conoció y
su serenidad se transformó en locura.
Sus labios, secos ya de no besar,
amanecían húmedos, de tanto anhelar.
Su cuerpo, cansado de
ser habitado sin empeño, ni pretensión,
reverdeció como junco marchito en primavera
al sentirse pleno de deseo, satisfecho de pasión.
Su vientre, desnudo de caricias,
su cuello, despojado de susurros,
su pelo, necesitado de manos que le enreden,
encontraron en aquel hombre la plenitud perdida.
Ya no recordaba lo que era sentirse amada,
abrigada en la cama por el calor de unos brazos,
deseada tan solo con la sonrisa,
pretendida únicamente con la mirada.
Dos hombres.
Uno lícito, otro prohibido,
dependencia, libertad,
madurez, puro delirio.
No pudo seguir.
Maldita responsabilidad que quiebra cualquier atisbo de dicha.
Le dijo adiós tras un intenso abrazo que casi les funde.
Era una mujer serena y triste.
Photo "Tulip". 1984, by Robert Mapplethope
Photo by Lissy Larichcia
"Me doy a mi misma buenos consejos pero rara vez los sigo"...
Lewis Carrol "Alice in Wonderland"
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
"YA NO" (M. A. M.)
Y ahí estás, frente a mí, expectante. Y aquí estoy, frente a ti, atiborrada de experiencias que me impiden avanzar. Debería dejarme llevar, ...
-
(No es un poema, es solo una reflexión que necesitaba vomitar) Ojalá pudiera canalizar mi angustia, dar salida a mi furia. Quisiera transf...
-
Esta mañana me he desnudado de ti. Así, sin esfuerzo. Lentamente fui despojándome de tu voz, deshaciéndome de tu olor, desp...
-
Tengo sueño, siempre tengo sueño, sueño de vivir, sueño de amar. Mis ojos, al dormir, se cierran porque no quieren pensar y es que el sueño...
No hay comentarios:
Publicar un comentario