"¿Cuánto es siempre", inquirí.
"Hasta que nos separe la muerte", respondiste.
"Entonces no, porque yo deseo quererte más allá de siempre,
más allá de la muerte y descubrir, junto a ti, un amor por encima de
cualquier barrera temporal, un amor que no conozca ni una sola razón
que nos obligue a separarnos".
"Pero, eso no existe", contestaste preocupado.
"Pues habrá que inventarlo, ¿no crees?".
Y con un beso, puse fin a la conversación.
Y con un beso, puse fin a la conversación.
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