las olas mueren clamando en la orilla
donde engullen redondos guijarros
El negro cielo escupe estrellas,
que rápidas se esconden entre las nubes
vomitando rayos en el horizonte
Un barco zozobra abatido
cansada ya la madera de su casco
abruptamente tragado por las aguas
Yo, desde la arena, lloro empapada
implorando perdón miro al suelo
y encuentro un huérfano guijarro.
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