Y ahí estás, frente a mí, expectante.
Y aquí estoy, frente a ti,
atiborrada de experiencias
que me impiden avanzar.
Debería dejarme llevar,
relajar mi cuerpo,
abrirme a ti sin caretas
pero no puedo.
Conozco bien el cuento
que me vas a narrar.
Un mundo solo para ti y para mí,
un levitar conjunto,
una sorpresa constante,
una cantidad de besos infinita,
unas caricias a volandas,
una casa con vistas a la vía láctea.
Pero, lo siento,
me veo en la obligación de desilusionarte.
Tuviste la oportunidad
de compartir juegos conmigo,
de comer a cuatro manos
manzanas con caramelo,
de bailar con nuestras risas,
de zambullirnos sin reservas
en el mar mágico de las caricias.
Pero, lo siento.
Guarda el sombrero de mago,
el jersey de marinero,
tus dotes de bailarín de claqué,
tu maestría como encantador de serpientes
Has perdido la capacidad de engañarme
y yo, cualquier atisbo de creerte
nuevamente.
Photo by Ziquian Liu