de
creer
que
voy a ser amada
sin
que pidan
nada a cambio.
Cuando no.
Cuando
la realidad
es bien distinta.
Cuando sé
que
volveré a convertirme
en el cántaro que contiene,
en la sombra que resguarda,
en la manta que calienta,
en la casa que protege.
Y
me niego.
Porque estoy cansada.
Porque,
por una vez,
quiero
ser yo
a quién
contengan,
resguarden
calienten,
protejan.
Pero sé
que
no va a ocurrir.
Volverá
a
suceder.
Seré yo quien ame,
únicamente yo,
sin pedir
ni recibir
nada a cambio.
Y,
una vez más,
perderé de nuevo
mi dignidad
porque
es el precio
que
siempre he pagado
por amar.
Photo by Martin Iman
No hay comentarios:
Publicar un comentario