se tensa
como las cuerdas
de un violín.
Te recuerdo,
te imagino,
te pienso
y
mis pechos
pequeños
anhelan
tu mano,
mi cuello
desnudo de pelo
ansía
tu boca,
mi espalda
recta, muy recta,
desea
tus dedos.
Pero
tú
ya no estás,
ya no existes
salvo
en mis sueños.
Un día
dejaste tu abrigo
colgado
de
mi corazón
y
jamás
regresaste
a recogerlo.
Y
me duelen
los ojos,
me fallan
las piernas,
me faltan
las manos
porque
tu ausencia
me ha fragmentado.
Y ahora
es solo dolor
lo que siento.
Photo by Jacob Sutton
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