pero
no puedo.
Todo me resulta
ya
demasiado conocido.
Besos
que
perderán su sabor,
caricias
que
olvidarán el camino,
miradas
que
se alejarán sin retorno,
promesas incumplidas,
palabras vacías,
sueños rotos.
Tengo una maleta llena
de amores como el tuyo.
Todos guardados
en un frasco,
etiquetados con el nombre
de aquel que me dejó.
Y no, no me llames cobarde,
hay una gran diferencia entre
rendirse
y
saber que ya ha sido suficiente.
Fotografía Louise Richardson
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