perdida,
asustada.
La niña de ojos grandes,
que miran asustados,
desvalidos,
secos de tanto llorar.
Se aferra
con sus dos manos,
fuerte contra su pecho
a un trozo de tela,
lo único que la quiere
y nunca la abandona,
lo único a quien ella ama.
No entiende
la sinrazón de su vida.
¿Quién la trajo aquí?.
A veces desearía
no haber nacido
pero
es entonces
cuando piensa
en su trozo de tela,
de un color ya indefinido,
pequeño y liviano,
lo único que la quiere,
lo único a quien ama.
Fotografía Nina Meyer
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