robar
mis piernas,
mutilar
mis manos,
astillar
mis pechos,
cercenar
mi sexo.
Podrás
arrancar
mis ojos,
cortar
mi lengua,
sellar
mis labios,
quemar
mis oídos.
Podrás
mancillarme,
violentarme,
insultarme,
humillarme.
Incluso podrás
abandonarme,
desalentarme,
debilitarme,
desmadejarme.
Pero jamás,
has oído bien,
jamás podrás
levantar
fronteras en mi corazón,
mutilar
las alas de mi imaginación,
robar
mis adjetivos y mis verbos,
mis sustantivos y mis adverbios.
Nunca dejaré de escribir,
aunque sea en el aire,
sobre el agua o la arena,
no habrá cadena que pueda quebrar
la libertad de mi mente.
Fotografía Louise Richardson
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