en dos.
Jamás mi dualidad
se hizo más evidente.
Medio cuerpo lacerado.
El derecho,
aquel sobre el que me acuesto
aunque no duermo.
Medio cuerpo renaciendo
El izquierdo,
aquel en el que habita mi corazón que,
aunque herido, aún late.
No sé quién soy.
Me miro.
Reconozco mis manos grandes,
mis pechos pequeños.
No sé quién soy.
Me toco.
No encuentro los brazos que te abrazaron,
tampoco el cuerpo que te acogió.
Estoy dividida
en dos.
Una, inerte, muerta, fría.
Otra, intenta avanzar entre tú y la nada.
Fotografía de Noell S. Oszvald
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