y no sé lo que veo.
La imagen distorsiona lo por mi imaginado,
solo veo cortantes aristas, ojos desdibujados.
Ya no encuentro mi cuerpo de niña
protegida, segura, complacida.
Observo una persona desconocida,
insegura, temblorosa, acuciante.
Y mi mente, mi mente me atormenta.
Me juzga, me condena, me hace suya.
Anhelo el silencio y la oscuridad del sepulcro,
solo roto por escurridizos gusanos que duermen a mi lado.
Fotografía Antonio Mora
No hay comentarios:
Publicar un comentario