un pequeño pez que se ofreció a hacerme cosquillas.
Tanto me gustaron que, ante el temor de que se marchase por el desagüe,
le metí en una pecera y, desde entonces, me acompaña en todos mis baños.
Y ahí estás, frente a mí, expectante. Y aquí estoy, frente a ti, atiborrada de experiencias que me impiden avanzar. Debería dejarme llevar, ...
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