me dijiste aquella noche
en la que me abordaste.
Apenas vislumbré una mirada verde,
una sonrisa alegre y
un cuerpo joven de equilibrista.
Me llevaste contigo, sin preguntar.
Conocí mil paisajes,
saboreé mil canciones.
Juntos caminábamos de la mano.
Nuestros pies sincronizados,
seguían el compás que tu corazón marcaba.
Me hiciste sentir diferente.
En nuestro mundo, comíamos besos,
bebíamos caricias, guardábamos deseos.
Me cantaste mil poemas,
me escribiste mil relatos y, en todos
era yo la protagonista.
Junto a ti, habitamos el cielo
saltábamos las estrellas,
dormíamos en las nubes.
Un día ya no estabas, te habías marchado,
sin despedirte. Tan solo una nota que decía
"escucha, el aire suena a vacío"
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