Despierto esta mañana,
una mujer violenta en el violento día,
riendo.
Más allá de la frontera de la memoria,
a lo largo del largo cuerpo de esta vida
en que se estremecen tu niñez, tu juventud, la historia toda de tu tacto
—ojos, labios, pecho, barriga, sexo y piernas, ondulándose, sinuosas, bajo las sábanas.
Veo más allá de la tímida plantita,
en su tiesto a la orilla de la ventana
abierta a la ciudad, a las altas torres apiladas como libros
en el desvarío de la codicia, al río que fluye corroído y brillante,
al intrincado puerto y al mar, las guerras, la luna, los planetas
todos los que poblamos el espacio
bajo un sol invisible / visible.
Violetas africanas bajo la luz
respirando, tímidas, bajo el hálito del universo. Quiero la potente paz, sus delicias,
la silvestre bondad.
Quiero escribir los poemas de mi tacto:
encontrar mi mañana, descubrir tu vida toda
ondulándose, sinuosa, entre los intocables.
Te digo, a través de las ondas del viento:
hoy, una vez más
trataré de ser no-violenta,
un día más
esta mañana, despertando a un mundo aparte
del violento día.
Traducciopón de Jorge Ávalos
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