sinuoso, inquietante
pero debo continuar aunque el miedo me atenace.
Inicio mi andadura
temerosa, expectante
al fondo vislumbro la figura de un hombre.
Lentamente me aproximo
curiosa, anhelante
el hombre me sonríe tranquilo y confiado.
Extiendo mi mano
precavida, vigilante
él la coge con suavidad y me besa.
Juntos seguimos caminando
como amigos, como amantes
y al final del camino, no somos dos, somos uno.
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