en penumbra, poco a poco.
Me observo,
desnuda, frente a un espejo.
Mi cuerpo,
menudo, llora tu ausencia.
Mi rostro,
oculto, esconde su locura.
Mis pechos,
pequeños, jamás recibieron tu mirada.
Mi boca,
solitaria, nunca recorrió la senda de tus besos.
Mis manos
inquietas, no encontraron resguardo en el bolsillo de tu abrigo.
Mi cuello
agonizante, se quebró esperando tus palabras.
Mis ojos
espantados, sólo conocieron gritos y silencio
pero yo, que sin ti no soy nada,
me diluyo en tu sombra buscando cobijo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario