una rosa sin espinas,
una esquina sin rincón
así me siento
yo
sin ti.
Sin darte cuenta
te has
convertido
en mi camino
a
seguir,
en mi río
a
surcar,
en mi tarta
a
engullir.
Y
no me gusta
esta sensación
de
dependencia.
Me ha costado
mucho esfuerzo
recuperar
las llaves
de mis candados,
las alas
de mi conciencia,
las sombras
de mis fantasmas.
Pero,
pienso en ti
y
no puedo evitar recordar
tu cara
cuando se encuentra
a tan solo
dos centímetros
dos centímetros
de mí.
Has conquistado
cada rincón de mi cuerpo,
cada resquicio de mi mente,
cada recodo de mis sueños.
He perdido
mi lanza y mi escudo.
Tengo miedo de mostrarme
indefensa
y
que
las lágrimas vuelvan a ser
las lágrimas vuelvan a ser
mis confidentes
y
No hay comentarios:
Publicar un comentario