elástico, pequeño,
lo estiro,
lo estiran,
hasta un punto
que parece que va a quebrar.
Y a veces quiebra,
se rompe,
mis hombros se desencajan,
mis brazos vuelan,
mi cabeza rueda en una enajenación extrema y
mis piernas, solas, descansan
al final de la escalera.
Y mi mente piensa y piensa y
enloquece
porque los monstruos no se van,
ellos siempre se quedan y
me estiran,
me rompen,
me fragmentan
me quiebran.
Y mi boca ansía besarte,
porque te desea pero
mis labios están sellados.
Y mi corazón estalla
porque te quiere y
no puede amarte.
No quiero llevarte
a mi mundo de confusión y locura,
donde los monstruos no se van,
donde los monstruos se quedan.
Fotocomposición Michal Mozolewsky
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