recordé tus manos.
Son
las que siempre quise
a mi lado.
Manos grandes,
manos fuertes,
manos endurecidas
por el trabajo.
Manos seguras
que
inspiran confianza.
Manos
que
cuando recorren mi cuerpo
lo hacen
a ciegas,
guiándose por la suavidad
de tus instintos.
Manos sinceras,
manos abiertas
esperando recoger
las mías
hasta convertirse
en un nudo
en el que se mezclan
templanza con temblores,
mesura con vehemencia,
sosiego con el desasosiego
que me habitaba
hasta que aparecieron tus manos.
En ellas me siento protegida,
a ellas dirijo mi ansia,
con ellas mi miedo se desvanece.
Tus manos son la tierra firme
en la que deseo plantar
No hay comentarios:
Publicar un comentario