eso que yo
ya creía
imposible.
Tu presencia
es
mi droga
y,
cuando la distancia
nos separa,
sufro
claros síntomas
de abstinencia.
Pienso
en tu sonrisa
y
un escalofrío
recorre
mi espalda.
Recuerdo
con
voracidad ansiosa
el color de tu voz,
el calor de tu piel,
el tacto de tus manos.
La ausencia
de
tus besos,
la lejanía
de
tus abrazos,
el destierro
de
nuestros encuentros
hacen
que
tirite de frío
que
se me encoja el alma
que
pierda la mirada
y
que
hasta mis palabras
desaparezcan
sin posibilidad
de ser escupidos
por unos dedos,
los míos,
que,
sin ti a mi lado,
se niegan a bailar
sobre el teclado.
Solo espero
que
el tiempo
sea magnánimo
con
nosotros
y
que pronto
puedas habitarme
sin miedo
a la fugacidad de los segundos
que
se convierten en horas
que
se transforman en horas
y,
cuando nos damos cuenta,
son días y días
pasados sin vernos.
se convierten en horas
que
se transforman en horas
y,
cuando nos damos cuenta,
son días y días
pasados sin vernos.
Pero
una cosa tengo clara,
prefiero
que seas abstinencia
por privación
de tu presencia
y no
por destierro
de amor
en tu corazón.
Photo by (unknown author)
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