por favor
que
no me des a elegir
porque
si tengo
que escoger
ser dos junto a ti
o
ser una sin ti,
no sabría qué decir.
Contigo me siento
plena,
completa,
brillante.
Lejos de ti
estaría sola
pero
sería libre.
independiente,
soberana de mi cuerpo
y
de mi mente.
Si estoy a tu lado
debo tragar
mis lágrimas
cuando mi mente transita
por
los más oscuros y bajos rincones
a los que me lleva
esta tristeza
que,
a veces me invade
y
contra la que,
a pesar de los años,
soy incapaz de luchar,
porque ella es más fuerte,
mucho más lista,
más sabia que yo.
Si, en cambio,
la tristeza
o
la melancolía
me visitan
sin nadie a mi lado,
me resulta más fácil
sobrellevarlas.
Solamente debo
darles mi mano
y
por unos días
habitar en el más oscuro círculo
del más profundo
cuadro del ruso Malévich.
Pero sé que contigo
puedo susurrar bajito,
despeinar tu pelo,
acariciar tu piel,
comernos a besos,
abrazarnos con fuerza
hasta que
mis pechos suden
y
mi sexo se humedezca
de tal manera
que
lo único que desee
es que me habites
con fuerza,
dándome
todo el amor que llevas dentro
y
lo recibiré
con un enorme gemido
que acompañará
tu entrada
invadiendo mi cuerpo.
Y sé que sin ti,
aunque libre,
me sentiré sola,
regresarán el frío y los temblores,
echaré en falta el amor
que
solamente tú
eres capaz
de
ofrecerme.
Así que, por favor,
nunca me des a escoger
entre tú y la tristeza.
Painting of Kazimir Malévich
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