de este miedo
que
no es tuyo.
Desvísteme
de esta fragilidad
que
no es mía.
Recógeme,
mirándome a los ojos,
hablando con sonrisas,
susurrando bajito,
simplemente,
que
somos dos
y
somos uno,
iguales en nuestro avanzar
y
pares al pronunciar
el verbo amar.
Cúbreme
de besos sinceros,
arrópame
de abrazos sin caretas,
tápame
de caricias sentidas
y yo
te entregaré las llaves
de mi cuerpo
para
que
abras
todos los grilletes,
los cerrojos,
los candados
que otros dispusieron
porque
deseo fundirme
contigo
en un mar
de promesas de futuro
que,
si me liberas,
segura cumpliré
porque, sencillamente,
te amo.
Te quiero, te veo, te huelo, te quiero otra vez, te oigo, te toco y ...... Te vuelvo a querer....
ResponderEliminarJoder...... Leer y releer éste poema es adictivo, casi, casi, como la adicción a amar...
ResponderEliminar