que
soy fuerte,
tenaz,
valiente.
¿Qué poco
me conocen?.
Ellos
solo perciben
mi escafandra,
esa
con la que me visto
antes, incluso,
de levantarme
de la cama,
esa
en la que me introduzco
dejando cubierto
todo mi cuerpo,
escondiendo
en ella
todos mis defectos
que
son muchos.
Mi escafandra
lleva conmigo
demasiado tiempo,
tanto
que ya ha adoptado
la forma de mi silueta.
Me permite
caminar con paso firme,
aunque tiemble,
enfrentarme a ellos,
mis miedos
porque la experiencia
me ha dicho
que no la pueden traspasar.
Pero,
cuando finaliza el día,
debo desembarazarme de ella
porque
me ahoga,
me oprime,
me encarcela.
La quito con cuidado.
Siempre debo pasar
un cepillo
sobre ella
que arrastre
todas las decisiones que tomé
sin desearlo,
todos los caminos que recorrí
sin quererlo.
Lo más extraño de todo
es
que
nunca pedí esta escafandra.
Apareció un día,
por sorpresa,
sentada a los pies
de mi cama.
A su lado, una nota.
"Vísteme cuando
tengas miedo,
estés triste
o
no puedas con el alma".
Desde entonces,
somos inseparables
pero
no soy fuerte,
tampoco tenaz, ni valiente.
Si soy como soy es gracias a ella,
a esa escafandra
que
me oprime
me ahoga y encarcela.
Photo by Adam Pretty
cuando finaliza el día,
debo desembarazarme de ella
porque
me ahoga,
me oprime,
me encarcela.
La quito con cuidado.
Siempre debo pasar
un cepillo
sobre ella
que arrastre
todas las decisiones que tomé
sin desearlo,
todos los caminos que recorrí
sin quererlo.
Lo más extraño de todo
es
que
nunca pedí esta escafandra.
Apareció un día,
por sorpresa,
sentada a los pies
de mi cama.
A su lado, una nota.
"Vísteme cuando
tengas miedo,
estés triste
o
no puedas con el alma".
Desde entonces,
somos inseparables
pero
no soy fuerte,
tampoco tenaz, ni valiente.
Si soy como soy es gracias a ella,
a esa escafandra
que
me oprime
me ahoga y encarcela.
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