porque
me regalas momentos
y
me entregas historias,
porque
me ofreces tus sueños
y
no escondes tus miedos.
Te quiero
porque
te gusto
tal cual soy,
porque
no quieres
cambiarme,
ni me pides
que
te entregue
mis sombras,
mis miedos
o
mi pesares,
porque
no deseas
hacerte dueño
de mis alas,
de mi mente,
de mi vientre,
de mis palabras.
Te amo
porque
me respetas,
y
somos iguales,
al mismo nivel,
con idéntica voz,
e idéntico ritmo.
porque
sé
que
ambos nos amamos
con
igual intensidad,
sin desajustes,
ni inestabilidades.
Te deseo
porque
cuando me susurras,
bajito,
se eriza el vello
de mi nuca,
mis pezones
se alzan orgullosos
y
mi boca
se torna jugosa
y
blanda.
Porque
cuando las yemas
de
tus dedos
bailan
sobre mis vértebras,
mi espalda
se arquea,
se tensa
y,
si en ese momento,
me besas,
las puertas de mi casa
se abren de par en par
anegando
su interior
el afluente
que
nace
de la imaginación
del placer,
de la ensoñación
del gusto,
de la fantasía
de la satisfacción.
Es entonces
cuando
pienso
que
ya no puedo
escapar
sino
es contigo,
en ti.
(Autoría de la fotografía, desconocida)
No hay comentarios:
Publicar un comentario