Tan iguales
y
tan distantes.
Esa exasperante
manía
que
nuestros brazos
tienen
al encontrarse
y
no acercarse
porque
tus codos
y
mis hombros
nunca logran ponerse
de acuerdo,
chocando,
entre ellos,
como peones de ajedrez.
Exactamente igual
ocurre
con
nuestras bocas
que,
cuando se miran,
sonríen descontroladas,
sin saber muy bien
qué hacer
con
tus labios
y
mi lengua,
cada cual por su lado
sin posibilidad
de tan siquiera rozarse.
Perversa excitación
maldita vehemencia,
estúpida pasión
que
todo
lo trastocan,
lo alteran,
lo perturban.
Tan idénticos
y
tan remotos.
Las lágrimas
se mezclan
con las risas
formando una pasta
informe
a la que le falta
la capacidad
de licuarse,
la posibilidad
de oxidarse.
Tus salientes
y
mis entrantes,
tus lados convexos
y
mis espacios cóncavos,
tus verbos
y
mis adverbios
en una inacabable cadena
de golpes
con pequeños remansos
de paz.
Tú y yo,
camaradas de batallas,
amigos confiados,
enamorados pasajeros,
amantes perpetuos,
alfa y omega
norte y sur,
noche y día,
frío y calor.
Tú y yo,
dos pequeños corazones
imaginarios
guardados
en esa pequeña caja,
circular,
que tú me regalaste,
la última vez
que
tus ojos
me miraron.
Photo by Gilbert Garcin
Photo "Tulip". 1984, by Robert Mapplethope
Photo by Lissy Larichcia
"Me doy a mi misma buenos consejos pero rara vez los sigo"...
Lewis Carrol "Alice in Wonderland"
viernes, 30 de junio de 2017
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