he debido hacer
bien
para
que
el destino,
el azar,
la vida,
no sé,
me haga esta regalo.
Fuiste
mi primera ilusión,
los primeros ojos
y,
quizá los únicos,
que me sonrieron
sin hablar.
Tú y yo
éramos felices
así, de cualquier modo,
corriendo,
saltando
y
sabiendo
que
ambos estábamos ahí.
Era un amor
sencillo,
de no pedir nada,
de contentarse con poco,
de alegrarnos
por vernos,
aunque nunca nos mirásemos.
Iniciábamos
nuestra vida,
esa que nos separó
y
que tras mucho tiempo,
quizá demasiado,
tal vez el adecuado,
nos ha vuelto a poner
en el mismo camino.
Y,
de un modo mágico,
han regresado
sensaciones olvidadas,
sentimientos
que eran nuevos
y, ahora,
huelen otra vez
a recién estrenados.
No sé
que
va a pasar
pero,
suceda lo que suceda,
ya nadie impedirá
que caminemos juntos
esta nueva senda,
como amigos,
como amantes
o
como los niños
que
aún somos.
Photo by Paulette y André (1949)
No hay comentarios:
Publicar un comentario