tienes
que
enseñarme
a abrazar como tú abrazas.
Tus abrazos
son de esos
que
aprietan,
calientan,
protegen
arropan.
Tus brazos
abarcan
mi cuerpo entero
y,
en ese momento,
desearía
fundirme en ti,
quedarme así,
para siempre.
Tus abrazos
son felices,
sonríes
con cada uno de tus brazos
y
guardas tanto amor
en cada abrazo
que
entre tus brazos
sé
que lo que sientes
es sincero.
No son abrazos
de cortesía,
de esos que finalizan
con unas palmaditas
en la espalda,
ni de consolación,
esos
los detesto.
Tampoco son abrazos
blandos,
dados sin ganas.
Tu abrazas
con una energía
por mí
desconocida.
Yo
me diluyo
en
cada uno
de tus abrazos.
Y,
lo mejor de todo,
es
que esos abrazos
prosiguen
con un beso
que
come el alma
y
trastoca, para siempre,
el corazón.
Son abrazos que llevan en ellos
la esencia del amor
más intenso.
Photo by Ralph Morse
No hay comentarios:
Publicar un comentario