pero
te odio a un tiempo.
Quisiera quererte
siempre,
constante
e invariablemente,
sin bajadas,
ni subidas,
sin blanco,
ni negro,
sin rectas,
ni curvas.
Pero,
no puedo
y lo intento,
llevo toda una vida
intentando
amar sin odiar a un tiempo.
Creo
que el problema
reside en mí.
Soy incapaz
de querer
poquito.
Si lo fuera,
te juro que no odiaría.
Pero,
si me enamoro,
me entrego entera,
desnudo mi cuerpo
y desvelo mi mente,
dejándome al descubierto,
desprotegida.
Me convierto
en comida para el hambriento,
en guía para el ciego,
en apoyo para el sordo,
en bebida para el sediento
Abro las puertas de mi casa
y
me dejo habitar
con pasión,
en exceso,
sin cuidado
porque
me gusta el sexo,
sin pausa,
sin freno,
adoro los besos
y
me enloquecen
unos brazos que acojan
y abracen mi cuerpo.
Pero,
tarde o temprano,
comienzo a odiar.
Y, aunque te quiera,
te odio, a un tiempo,
por
tus largos silencios,
por
tus eternas ausencias,
por
esas palabras que ya suenan a conocido,
porque
desearía recibir,
aunque fuese por un momento,
el mismo amor que yo entrego,
aunque
ya sé
que
como yo quiero
solo aman los locos
y siempre
he vivido
rodeada de cuerdos.
Photo by Noell S. Oszvald
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