me he rebelado,
hoy
no lo han logrado
a pesar
de redoblar sus fuerzas,
de aumentar en número,
de incrementar sus voces.
Esta noche,
se han sentado en mi cama.
He notado
como se hundía el colchón
bajo sus ingrávidos
e invisibles
cuerpos.
Han tirado de mi pelo
con saña,
han agarrado mis pies
como si de un tesoro
se tratara,
tirando de ellos
con tanta fuerza
que temí perderlos.
Se han aliado
con mi conciencia,
mi maldita conciencia,
para
lo de siempre,
para recriminarme
que
aún siendo mujer,
aún siendo madre,
desee ser libre,
aspire a abrir mis fronteras
me niegue a que nadie
me corte las alas
y
anhele amar
y
ser amada,
desear
y
ser deseada.
Han utilizado todas sus armas
para
disuadirme,
persuadirme,
desalentarme.
Años y años
intentándolo.
Pero se acabó.
No volveré a doblegarme,
no bajaré la cabeza,
no evitaré su mirada.
Hoy,
mis fantasmas,
han sido derrotados.
Desconozco
si he vencido la guerra
pero
estoy segura
de haber ganado
esta batalla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario