Cuando
ya no esperaba
a nadie,
cansada de buscar
desesperada
el amor en los portales,
en los libros,
por las calles,
apareciste tú.
Cuando
ya creía que
era imposible
que existiese alguien
capaz de amar
con exceso, sin mesura,
con verdades, sin mentiras,
con palabras, sin silencios,
apareciste tú.
Cuando
ya había dado por perdida
la batalla
de sentirme acompañada
por alguien
que supiera
dar calor entre sus brazos,
refugiar entre sus besos,
cobijar con su mirada,
apareciste tú.
Y,
a pesar de mis locuras,
de amar como yo amo,
a todas horas, sin descanso
gritando a los cuatro vientos
"soy tuya porque yo quiero",
apareciste tú
y
te quedaste para siempre,
a mi lado.
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