de
esta estúpida
irracionalidad
que
me domina,
de
esta maldita
sensibilidad
que
me controla,
de
este estómago
que
se encoge,
de
esta garganta
que
se estrecha,
de
estas manos
que
tiemblan,
de
este cuerpo
que
siempre
tiene frío.
Estoy harta
de
mi impulsividad,
de
mi incapacidad
para reflexionar,
de este escribir
sin pensar lo que escribo,
hasta que
alguien me comenta algo
y yo, sorprendida,
no recuerdo
y acudo
a ese poema,
y lo releo
y no sé
ni cómo,
ni cuándo
lo escribí.
Y es todo culpa
de esta detestable
manía mía
de no escuchar
a mi cabeza,
de guiarme
solo
por las pautas
que marcan
mi corazón
y
debo cambiar
porque
puedo dañar
sin darme cuenta.
Y
no quiero eso
No hay comentarios:
Publicar un comentario