no espera.
La vida
sigue
sus pasos.
Tú y yo
nos conocemos
poco,
pero
nos sabemos mucho.
Hace unos días
me dijiste
que
por qué
no nos hubiésemos
cruzado antes
y
¿sabes qué?,
creo en el destino.
Pienso
que, tal vez,
nuestras manos
debían encontrarse
cuando
nuestras bocas
ya tenían cicatrices,
únicamente
para
experimentar,
con toda su magia,
lo que ahora
estamos viviendo.
Porque
el primer amor
no siempre
conserva el orden.
Porque
el primer amor
puede ser también
el último
y eso es,
simplemente
maravilloso.
Photo by Laura Makabresku
No hay comentarios:
Publicar un comentario