pesa tanto
esta pena?.
Desde
que
te has ido
desde
que
me has dejado
la tristeza
se ha apoderado
de mi garganta
y
me ahogo
y
no puedo
gritar.
Mis lágrimas,
solidificadas en sal,
cubren mis ojos
y
me ciegan
y
al quedar a oscuras,
tropiezo a cada paso
y
me rompo
en mil pedazos.
Escucho,
nítidamente,
como rueda
mi cabeza
hasta llegar
al rincón del sofá
en el que tú
me regalabas
la única sonrisa
de la semana,
esa que, al final
también
regateabas
con tus continuas
amenazas
hasta que, un día,
junto a ti,
desapareció.
Photo by Ira Bordo
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