me pregunto,
desesperada,
en un intento
de encontrar una respuesta
a este vacío,
que invade
mi interior.
Pero,
¿cómo puede llenar
un vacío
desolador?.
Haciéndose fuerte,
ganando terreno
a la escasa fe
que
aún tengo en mí misma,
porque
aunque excave
profundas trincheras
en mi vientre,
en mis manos,
en mi corazón
o
en mi mente,
siempre pierdo
y,
tras cada batalla
en la que salgo derrotada,
me siento
más pequeña,
más vulnerable,
más niña,
como si de un retroceso en el tiempo
se tratase.
Pero,
creo haber tocado fondo.
Más bajo no puedo caer.
Debo elegir:
sucumbir
o
renacer.
Y
elijo,
empezar de nuevo.
Más desconfiada,
más dura,
más fría.
Creo que lo llaman
"Instinto de supervivencia".
No hay comentarios:
Publicar un comentario