Te quiero
pero
no sé.
No sé
si te quiero
como
se debe querer.
Creo que no.
Creo que debería
aprender
como quiere
aquella
a quien no le duele
el corazón
de tanto querer.
Aquella
que no desea con vehemencia
ser amante,
ser amiga y confidente.
Esa que nunca llora
porque
tiene el alma acorazada.
La que no desea
con locura
convertirse
en habitación,
en refugio
o
en morada.
Aquella para quien
las ausencias
son un mero lapso de tiempo,
nunca una separación,
un vacío,
un nudo en la garganta
que ahoga un poco más
cada día que pasa.
Pero no puedo.
Debería volver a nacer
para no querer
como quiero,
sin medida,
sin mesura,
sin recelo,
anhelando que me habites
sin necesidad
de pedir permiso.
Porque quiero
hasta la sombra que tu cuerpo proyecta
contra cualquier pared del mundo
cuando la luz del sol
prefiere darte la espalda.
¡Hasta ese punto te quiero!,
aunque, quizá,
no debería quererte
como te quiero.
Photo by Noell Oszvald
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