Debe permanecer en barbecho,
oculto,
no ser ocupado por nadie.
He guardado mi corazón
en una caja de zinc,
hermética,
en la que late en solitario, triste, sin ti.
Me he despeinado de sueños,
tus sueños, que no eran míos.
Entre mi pelo solo quedan
los trazos de amargura que olvidaste.
He cortado mis manos,
no las necesito sino puedo acariciarte.
He cosido mis labios,
no quiero una boca que no pueda besarte.
He sellado mis ojos,
ciegos ahora de ti, ciegos ahora de nadie.
He quemado mi sexo,
que solo deseaba ser guarida de tu cuerpo.
Ahora mi cuerpo enterrado
está protegido del frío y
dudo que vuelva a estar preparado
a ser cultivado por nadie.
Fotografía de Brooke Shaden
No hay comentarios:
Publicar un comentario